El retiro de Adam LaRoche estremeció los campos de entrenamiento por la repentina decisión del jugador de los Medias Blancas de Chicago.
El bateador designado
no tuvo una buena campaña la zafra anterior. Al dejar .207 de promedio de
bateo, 12 cuadrangulares y tan sólo 44 empujadas, pero este no fue el motivo de
colgar los spikes - como se le dice en el mundo del beisbol. La decisión vino
luego de un inconveniente entre el jugador y el vicepresidente ejecutivo del
equipo, Kenny Williams, quien le comunicó al toletero que no era conveniente que
llevara a su hijo Drake todos los días al campo.
LaRoche, que firmó un
contrato de 26 millones por 2 años con Chicago, indicó que lo primero que hizo
antes de negociar fue consultar si su hijo podía estar presente en los juegos. La respuesta fue positiva por parte del club, por eso el jugador se sorprendió por lo que le manifestó Williams la semana pasada.
El inconveniente no
sólo se queda entre esas dos partes. El ejecutivo le expresó a LaRoche que la
medida había sido tomada porque algunos jugadores no veían con buenos ojos la
presencia del chico de 14 años en todos los compromisos del equipo. Versión que fue
desmentida por los propios jugadores. "Creo que todo el mundo aceptaba la presencia de Drake LaRoche en el camerino y todo lo que aportaba", sostuvo el jardinero central Adam Eaton. "Nos ayudaba y de ninguna manera era un estorbo.
Tampoco causó problema el año pasado", agregó.
Otro que salió en defensa de su compañero fue el as de la rotación de los White Sox, Chris Sale, que colgó las camisetas de padre e hijo, ambas con el número 25, en su casillero en el complejo de entrenamientos del equipo en Arizona y cargó contra Williams al afirmar que éste mintió "descaradamente" a los jugadores.
LaRoche venía de
promediar 26 cuadrangulares y 85 impulsadas en sus últimas 3 temporadas antes
de pasar a los Medias Blancas, sin embargo se dice que en Washington su hijo
también estaba con él en todos los partidos.
Para los jugadores de
los Medias Blancas no hay ningún problema con que Drake esté en
todos los encuentros e incluso en el camerino del equipo ¿Pudiera resultar lo
mismo para su padre? Esta situación puede afectar un poco al jugador. Tener a tu hijo las 5, 6 o 7 horas de trabajo contigo puede resultar una
distracción.
¿Es correcto que
Williams le haya solicitado al jugador que no llevara tan frecuente a su hijo? Puede que sea lo más acertado para el jugador y Williams como ejecutivo debe buscar lo mejor para el
club, por encima de cualquier beneficio personal.
Sea o no positivo, no
es correcto que LaRoche haya llegado a un acuerdo con el equipo antes de firmar su
contrato y ahora le cambien las reglas. Peor aún es que se quiera inculpar
a los jugadores cuando todos mostraron solidaridad en el caso.
Esto crea un ambiente nada alentador para los dirigidos por Robin Ventura, que esta temporada buscaban cambiar el rumbo de la pésima zafra anterior. Para eso realizaron varios movimientos en el receso de la campaña. El antesalista Todd Frazier (35 jonrones y 89 impulsadas) llegó a la ciudad de los vientos mediante un canje de tres bandas con los Rojos y Dodgers. También adquirieron al infielder Brett Lawrie en un cambio con Oakland, añadieron a los receptores Dioner Navarro y Alex Avila así como al veterano torpedero Jimmy Rollins y reforzaron la rotación con Mat Latos.
¿Drake o
el beisbol?
Por los
momentos LaRoche decidió quedarse con su hijo y dejar sobre la mesa los 13
millones que le tocaban por esta campaña.
¿Cambiará
de decisión para regresar a jugar?
Lo
sabremos en unos días.
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