viernes, 24 de marzo de 2017

Plata con sabor a oro


Ganar un campeonato o subir a lo más alto de un podio debe ser lo más gratificante para cualquier atleta, pero no todos tienen ese privilegio y aún así disfrutan y celebran. Este es el caso de la selección nacional de Puerto Rico que el pasado miércoles cayó 8-0 en la final del Clásico Mundial de Beisbol ante Estados Unidos.

Marcus Stroman silenció la ofensiva más consistente de todo el torneo y encaminó la victoria de USA para llevarse los máximos honores. Casualidad que Stroman abrió la final y antes de iniciar el WBC (World Baseball Clasic) tuvo que tomar la decisión sí representar al país noteamericano o a la isla del encanto, ya que su madre nació y se crió en Puerto Rico.


Desafortunadamente para la tropa boricua tuvo su peor actuación tanto ofensiva como monticular de todo el campeonato en el partido más importante. Aún así los jugadores decidieron ir a su isla, un viaje que para la mayoría iba a durar menos de 24 horas, para celebrar y agradecer a su gente por el apoyo brindado durante las casi 3 semanas de acción.

Este viaje como la caravana que tuvo el equipo ya estaba planificada antes de jugar la final, algo que no le agradó a varios jugadores de USA.

“¿Digo la verdad? Antes del juego, nos notificaron que se hicieron camisas de campeonatos y no fuimos nosotros. Y un avión fletado. Y una parada. Eso no estuvo bien para nosotros. Así que hicimos lo que hicimos. (Marcus) Stroman nos dio todo, nuestra ofensiva fue la mejor, y dejamos el campeonato en Estados Unidos”, manifestó Adam Jones.


Esas declaraciones por supuesto no le gustaron a los jugadores de Puerto Rico y su capitán, Yadier Molina se lo hizo saber en público.

"Que mire esto, ahora mismo tú (Adam Jones) estás en spring training trabajando y nosotros con el pueblo, con la medalla de plata y tú con la medalla de oro y en spring training trabajando (...), ustedes lo que no saben es celebrar con eso", enfatizó el receptor de los Cardenales de San Luis.
Más allá de haber sido favoritos, los boricuas querían celebrar con su gente este logro, indiscutiblemente el objetivo luego de estar en la final es ganarla, pero el simple hecho de estar por segundo Clásico consecutivo luchando por el título es digno de un reconocimiento y cual mejor que el que te da tú gente.


Como latino, amante de este deporte desde niño, fue muy agradable ver jugar a esta selección de Puerto Rico, que logró una química única. Mérito a Edwin Rodríguez y su cuerpo técnico por lograr una gran combinación entre jóvenes y experimentados. Mantener la armonía, alegría, camaradería, pero siempre con la responsabilidad de dejar el nombre de su país en alto.

El partido final fue la única blanqueada que recibieron los boricuas en todo el certamen y le fabricaron más carreras que en toda la primera roda (7) y las misma cantidad que en la segunda.


Del otro lado, los dirigidos por Jim Leyland, que contaba con figuras importantes pero menos llamativas que en ediciones anteriores lograron coronarse por primera en la historia de este torneo.

 "Varios jugadores ya me habían dicho que esta era la mayor experiencia en sus vidas", expresó Leyland, después del proclamarse campeones. "Escogimos a los jugadores correctos. Tuvimos a los peloteros que realmente querían estar aquí, y esa es la clase de jugadores que deseamos tener aquí".
Leyland le puso la vela que le faltaba al pastel, sin embargo de no haber ganado el WBC aún así su carrera es digna de estar en el salón de la fama.


Muchas personas indicaban que sí USA no ganaba el Clásico Mundial éste iba a desaparecer, pero el comisionado de MLB Rob Manfred y los resultados económicos del mismo apuntan todo lo contrario, así que 2021 está más cerca de lo que parecía al inicio de esta edición.

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