Una ofensiva contundente y un pitcheo reforzado fueron la clave para que los Azulejos regresaran el beisbol a Toronto en octubre. Fueron 22 años de espera para la afición de esta ciudad, pero como lo bueno se hace esperar, este puede ser el comienzo de muchas alegrías para los seguidores de los Blue Jays.
Mucho se habla de la ofensiva del conjunto canadiense, que sin duda fue la mejor en la ronda regular, pero eso no es nuevo para este equipo. El punto de giro estuvo en los brazos que llegaron para reforzar la rotación (David Price) y el bullpen (LaTroy Hawkins y Mark Lowe), para lograr combinarse con el bateo y dar resultados fructíferos.
Antes del juego de estrellas ocupaban el 12vo lugar en promedio de carreras permitidas (4.18) y pasaron al 5to a finalizar la zafra (3.80), mientras que en promedio de sus oponentes de la 10ma casilla subieron a la 5ta. Con un bateo tan explosivo y contundente pocos miraron esos detalles que a la postre fueron los que marcaron la diferencia.
Desde el pasado domingo se sabe que los Vigilantes de Texas serán el rival de la tropa que dirige John Gibbons, y lo que mayor incógnita ha generado es cómo los lanzadores de los campeones del oeste frenarán a los bates de Toronto. En mi caso creo que la preocupación que deben tener es cómo hacerle carreras a Price y a Marcus Stroman, para que permanezcan la menor cantidad de entradas en la lomita.
En lo mismo debe enfocarse la toletería de los abanderados de la división este, que aunque lideraron el departamento de carreras producidas y cuadrangulares, se medirán en el inicio de la serie a Yovani Gallardo, que venció a Toronto en dos ocasiones esta temporada y no admitió carreras en 13 innings y dos tercios.
Mientras que Price tuvo marca de 9-1 con 2.30 de efectividad en 11 salidas desde que fue adquirido de Detroit el 30 de julio.
La mejor ofensiva en 2015 se medirá a la que quedó dos casillas más abajo, pero muy probable que los protagonistas en los dos primeros compromisos en el Rogers Centre sean los que suban a la lomita.
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