Quién mejor para trabajar esta situación que un manager como Joe Maddon. Un estratega reconocido por su labor y toma de decisiones dentro del terreno, pero sobre todo por el papel psicológico que juega con sus jugadores.
El conjunto de la ciudad de los vientos fue el segundo peor en promedio de bateo en todas las mayores esta temporada (.244), quedó en la casilla 15 en carreras producidas. Sin duda que gran parte de su éxito se lo deben a la labor de sus lanzadores.
El pitcheo de Chicago fue el mejor en todas las grandes ligas en porcentaje de boletos y hits por entradas (1.15) y también lideró el renglón de promedio de bateo de sus oponentes (.233). Fueron terceros en promedio de carreras permitidas con 3.44 por partido.
¿Cuál ha sido el inconveniente en los 2 partidos en el Citi Field? Es cierto que los Mets fabricaron más de 3 carreras en ambos compromisos, 4 en cada uno para ser más exactos, pero también hay que tener en cuenta que la ofensiva de los Cachorros no logró fabricar 3 rayitas en ninguno de los 2 compromisos en Nueva York.
Para el tercer juego, los Mets tendrán en la lomita a Jacob DeGrom, quien en la ronda regular tuvo 2.54 de efectividad y suma 2 victorias en esta postemporada, en las que ha laborado 13 episodios y ha permitido sólo 2 anotaciones. Ese será el primer obstáculo que deberán superar los dirigidos por Maddon, sin duda nada sencillo.
La incógnita será cuánto podrá durar Kyle Hendricks en la lomita y si logrará detener a los bateadores de la gran manzana. Hendricks terminó la zafra con registro de 8-7 y 3.95 de efectividad.
¿Descontarán los Cachorros o los Mets los dejarán contra la pared? Esto lo sabremos después del primer choque entre ambos equipos en el Wrigley Field este martes a partir de las 8 de la noche.
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